Venezuela y su guerra
La situación de Venezuela me huele a guerra civil. No hay ambiente de dialogo y de entendimiento, sino de enfrentamientos. El gobierno juramenta su reelección y la oposición pasa a enfrentar a Nicolás Maduro con la insurrección verbal.
Hay una clara intromisión de los Estados Unidos en los asuntos internos de un país latinoamericano. Los norteamericanos deben comprender que cada país es libre y soberano y que su presente y su futuro tienen que ser dictados por sus propios ciudadanos. No se justifica el no reconocimiento por parte del gobierno dominicano.
Los norteamericanos están acostumbrados a violentar los derechos humanos en todos los países del mundo, por lo que levanta suspicacias la permanencia de su postulado en torno a que se respete la alternativa democrática en Venezuela.
La crisis de Venezuela tiene que ser resuelta de forma inteligente por todos los venezolanos. En un ambiente de choque social y político, hay que buscar el consenso. En el diálogo los dominicanos pueden jugar un gran papel.
Pero la verdad es que al día de hoy me huele a guerra civil en Venezuela. La oposición y los norteamericanos están a la espera de una fisura del ejército. Si hay mandos militares que se insubordinan será el paso inicial a una intentona de golpe de Estado, que terminaría con sangre y muertos.
Los vientos que soplan en América Latina tienen el tufo de la derecha. Hay un surgimiento de los gobiernos ligados al fascismo y los militares, que echan al zafacón a los llamados gobiernos progresistas, que en todo caso están ligados a las izquierdas. El experimento de gobiernos populares en el continente arrancó con Hugo Chávez, y ahora podrían finalizar con esta llamada primavera latinoamericana.
En Venezuela, y América Latina, se necesita el renacer de la esperanza y con las intentonas de golpe de Estado o de impulsar procesos de guerra civil, no habrá soluciones, ni posibilidades de mantener la paz. La lucha principal de hoy tiene que ser para acabar con el hambre y la miseria del continente, por lo que es hora de consensuar y buscar soluciones en el marco de la paz. ¡Ay!, se me acabó la tinta.