Las dictaduras y la iglesia
Por Manuel Hernández Villeta
La iglesia, sobre todo la católica, siempre tiene buen ojo para ver el nacimiento de dictaduras. En muchas ocasiones han sido su parto. Ahora monseñor Francisco Osorio ve que se está a un paso de entrar de nuevo a una dictadura. La iglesia y sus peripecias.
Las dictaduras no surgen por amor al arte. Ocurren cuando hay una disociación total, y el pueblo entrega su libertad a cambio de tranquilidad. El principal recetario de los gobiernos de fuerza es vender seguridad y orden.
Es la ley de los cementerios. Los dominicanos vivieron la mayor parte del siglo 20 en medio de dictaduras,. Se impusieron por la fuerza. Llenaron los cementerios de lo mejor de nuestra juventud. Los hombres de experiencia prefirieron el exilio, o fueron forzados a ello.
Los dominicanos nunca aceptaron a los gobiernos dictatoriales, ni de los déspotas ilustrados. Lucharon a sangre y fuego contra ellos, pero no pudieron echarlos del poder. A Trujillo lo ajusticiaron en plena calle, y a Balaguer lo sacaron del poder sus problemas de salud.
Pero, y es lo más trágico, los regímenes de Trujillo y de Balaguer se eternizaron con otros partidos, nuevas caras y formas indefinidas. La corrupción, la represión política, y mantener los márgenes de división económica y social, se eternizaron por siempre.
Ahora, seria faltar a un estudio de fondo desconocer que Trujillo, Balaguer y otros gobiernos de fuerza, descansaron sobre los hombres de la mayoría silente. La multitud que es muda y sorda, apoya al que le da pan, seguridad y tranquilidad. Para ellos lo demás es secundario.
La iglesia fue la columna vertebral de las dictaduras del siglo 20. Sirvieron de catapulta para que el mensaje llegara a la mayoría silente. Para hablar de dictaduras que están al doblar de la esquina, es necesario que se dé un mea-culpa de la cúpula religiosa.
No hay ahora mismo las condiciones en la Republica dominicana para una dictadura. Se podría dar un continuismo del poder, pero ello estaría muy lejos de lo que se considera un régimen dictatorial. Exagera el prelado, aunque la prevención siempre es válida.
A las dictaduras se les combate desde la calle y el pulpito. El pueblo ha salido a las calles a enfrentar sistemas dictatoriales. Pero desde el pulpito la iglesia apoyo al mandamás de fuerza. Monseñor Osoria debe volver a leer la historia del siglo 20, para que refuerce sus ideas sobre el camino hacia la dictadura. ¡AY!, se me acabo la tinta.