Los usuarios son conscientes de las ciberamenazas, pero no saben qué hacer ni a quién acudir
Internet se ha apoderado de nuestra vida. Para bien y para mal, estamos conectados las 24 horas del día. Pero a medida que nuestra dependencia a los dispositivos conectados y nuestra actividad en la Red internet aumenta, los riesgos para la información personal, la seguridad de los datos y la posibilidad de quedar expuestos a la ciberdelincuencia crecen exponencialmente. Por suerte, cada vez somos más conscientes, aunque aún falta un referente claro en materia de ciberseguridad.
Esta e sla principal conclusión que se extrae del informe «El cibercrimen y su relación con el consumidor», elaborado por Affinion, en el que han participado 13.000 personas de 12 países diferentes, entre ellos, España.
La preocupación de los consumidores por la ciberdelincuencia es cada vez mayor. Según el estudio, se percibe como una amenaza real y tangible. Sin duda, el hecho de que el 61% de los consumidores conciba la ciberdelincuencia como una preocupación real es una buena noticia.
Los niveles más altos de preocupación está en Brasil, con un 87%, y EE.UU., con un 75%. En Europa, Francia, España, Italia y el Reino Unido presentan niveles que van del 60% al 70%, cifras que se reducen al 40% en los países nórdicos.
El robo de identidad es, según el informe, el ciberdelito que más preocupación genera: el 33% de los encuestados se ha visto directa o indirectamente afectado. De hecho, es el que más ha crecido en el último año por dos razones principales: porque muchos encuestados han sido víctimas o conocen a alguien que lo ha sido.
La investigación de Affinion revela que un tercio de la población se ha visto afectada por el robo de identidad: el 65% de ellos indica haber recibido llamadas falsas, emails con enlaces falsos o SMS, al 56% le han hackeado alguna red social o su cuenta de email y al 55% le han estafado con transacciones bancarias fraudulentas.
Además, los consumidores no confían demasiado en su capacidad para prevenirlo, detectarlo y resolverlo. Genera un gran estrés y las víctimas no solo sufren pérdidas económicas, sino que los ciberdelincuentes pueden utilizar la identidad de éstas para solicitar un crédito, lo que puede provocar aún más serios problemas para la víctima.
Pero además existe otro problema: a pesar de los altos niveles de preocupación y sensibilización, persiste una brecha en cuanto a la identificación de riesgos y amenazas. Por ejemplo, un tercio de los encuestados no son conscientes o no están seguros de que utilizar la misma contraseña para múltiples cuentas es peligroso. Además, más de la mitad (54%) no están seguros o no saben que «https://» significa que una página web es segura. Por ello, Affinion concluye que hay una falta de comprensión sobre cómo mantenerse a salvo de amenazas.
Otra de las ideas clave que concluye el estudio es que los usuarios no tienen capacidad para combatir o tomar acciones contra la ciberdelincuencia. Aunque la mayoría de los encuestados cuenta con algún tipo de medida de seguridad tecnológica (el 69% tiene acceso a protección de software y el 58% cuenta con un cortafuegos), medidas más sofisticadas como la protección frente a robos de identidad o la suscripción a un servicio de informes de crédito, quedan muy por detrás. Muchos encuestados no han adoptado medidas más allá de las básicas para su protección online. Así, no es de extrañar que el 75% no confíe en poder resolver las consecuencias de la ciberdelincuencia en caso de llegar a ser víctimas.
Tomado de https://www.abc.es