La extrema derecha de Le Pen se adueña del voto obrero

Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) ha sido el partido más votado por los obreros y las clases medias menos acomodadas, permitiendo a Marine Le Pen presentarse como «alternativa única» contra Emmanuel Macron, cuyo partido, La República En Marcha (LREM), ha sido votado por las elites sociales, intelectuales y económicas, agricultores incluidos.

El partido de Marine Le Pen no solo ha sido el más votado en las elecciones europeas (5.281.745 electores, el 23,31% de los votos). También es el que tiene la base social más grande y sólida. Según los primeros análisis sociológicos del instituto Ifop (referencia canónica), el 47% de los obreros y el 32% de los empleados votaron por la extrema derecha de Le Pen, que también estuvo a la cabeza entre los electores de 25 a 65 años.

Durante los últimos veinte años, la extrema derecha lepenista solía contar con el 30 o el 35% del voto obrero. Esa era la proporción antes de la elección de Macron como presidente. Dos años después, obreros y clases medias modestas giran a la extrema derecha.

La derecha tradicional (con un modestísimo 8,48% de votos) y las izquierdas tradicionales (socialistas, comunistas y extremas izquierdas), hundidas hasta condiciones grupusculares (del 2 al 6% de votos), son las primeras víctimas de ese viraje político: obreros y clases medias modestas quieren «otra cosa», menos «ideológica» y más «patriótica».

La República En Marcha (LREM), el partido de Macron (5.076.469 votantes, 22,41% de los electores) se confirmó como más que honorable segundo partido nacional. Pero su base social es mucho más diversa, fragmentada, volátil. El núcleo central del electorado macroniano (35%) son las clases medias acomodadas, satisfechas con Europa y la mundialización. Macron también tiene buena opinión entre jóvenes y ecologistas (20%). Técnicos, ejecutivos, intelectuales, son electores macronianos «naturales». Además, en estas elecciones le han votado el 37% de los católicos.

Nuevo paisaje político

Con 3.052.573 votantes (13,47% del electorado), los ecologistas consiguieron un estimulante tercer puesto. Pero su base social es muy heteróclita: jóvenes, «tercera edad», clases medias acomodadas. La aspiración ecologista a «liderar» una «alianza progresista» todavía parece muy lejana.

Más allá del guerracivilismo ideológico sin cuartel, la nueva realidad social y cultural de Francia confiere a la extrema derecha una posición central, que Le Pen desearía transformar en «alternancia», presentándose como matriz de una recomposición global del paisaje político. Los Republicanos (LR, derecha tradicional) no han tenido tiempo de estudiar su nueva condición minoritaria entre las derechas francesas. Macron aspira a construir una base social menos frágil; más adelante presentará «proyectos» para intentar conquistar o reconquistar nuevos electorados.

Tomado de https://www.abc.es