El voto automatizado

El voto automatizado es una necesidad. Es parte del modernismo. No es la acción de votar la que falla, sino las acciones fraudulentas de políticos mafiosos. Dejar fuera el voto automatizado, sería volver al pasado.

La Junta Central Electoral si tiene que blindar todo el sistema electoral. Sacar de la experiencia de las primarias de los partidos políticos, y buscar puntos positivos. Ya se invirtieron unos mil millones de pesos en las maquinarias del voto automatizado, por lo que sería un despropósito echar todo a la basura.

Antes de las elecciones municipales, hay que hacer un profundo análisis de los equipos. Ahora se está tratando de verificar si se violaron las líneas de transmisión, pero hay que profundizar para las venideras elecciones.

La forma rápida en que se pudo conocer los resultados de las primarias, es una muestra de la rapidez del voto automatizado. Ahora, no se olviden las denuncias de fraudes e irregularidades en el proceso. Se ha hecho una pobre investigación sobre esos señalamientos de irregularidades.

Hay que tomar en cuenta que las alegadas irregularidades generaron un mal de fondo que dio con la división del Partido de la Liberación Dominicana. En las elecciones próximas todo debe estar bien transparente.

Votar con papeletas rayadas con lápiz de creyon, no es solución. No hay porque aferrarse a un sistema que siempre dio paso a las denuncias de fraudes. Recuerdo la época en que los votos aparecían en los basureros y las urnas eran llevadas por las corrientes de los ríos.

Se tardaba semanas en conocer los resultados finales de las votaciones, y en las terribles madrugadas, mientras se transportaban las urnas, ocurrían diabluras. De allí que siempre habían constantes denuncias de fraudes.

Desde ahora rechazamos las papeletas de votación, y abogamos por el voto automatizado. Pero hay que decirlo con claridad, no hay una credibilidad absoluta sobre ese sistema, y persisten las denuncias de que mediante su utilización se realizó un fraude.

Por demás, todo proceso electoral tiene que ser vigilado por organismos internacionales. Se tiene que tener el día electoral a observadores internacionales y a personalidades locales, que sirvan para garantizar el desarrollo pulcro de las elecciones.

La reciedumbre de los jueces de la Junta Central Electoral es a los que toca llevar a cabo unas elecciones ejemplares. El voto sea electrónico o manual no garantiza pulcritud y limpieza, sino la verticalidad de los miembros del organismo encargado de organizar el proceso.

De todos modos, se debe buscar el consenso entre todos los partidos políticos, y de acuerdo con la decisión se implemente el sistema que sea mejor para garantizar unas elecciones libres y democráticas. Por ahora, esta es nuestra posición. ¡Ay!, se me acabó la tinta.