Aguas contaminadas en Gran Santo Domingo
Santo Domingo. “Eso se pone que cualquiera ni come con ese mal olor que sube”; “de ahí salen ciempiés, ratones…”; “aparecen animales muertos, de todo”.
Son estas algunas de las expresiones de quienes residen en medio de dos cañadas llenas de basura y aguas contaminadas en un callejón del sector Los Ríos en el Distrito Nacional.
A las personas que desconocen esta realidad les podría parecer inconcebible que alguien pueda vivir en esas condiciones, pero las que llevan hasta más de 20 años viviendo así están acostumbradas al mal olor y a que sus modestas viviendas se inunden de agua sucia cada vez que llueve mucho.
Residir a orillas o encima de una cañada, como muchos de los residentes en el citado callejón, es una “zozobra”. Estos lugares son el depósito de todo tipo de residuos sólidos y aguas residuales debido a las malas prácticas ciudadanas y falta de infraestructuras para su tratamiento.
Es sabido que el país necesita más sistemas para tratar las aguas generadas por las actividades domésticas (uso de inodoros, duchas, fregaderos, lavado de ropa, talleres, etcétera) y no domésticas, que son las que generan las industrias, los centros de salud, las empresas mineras, entre otras.
Sólo en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo (donde habita la mayor población del país) se generan alrededor de 872,215 metros cúbicos por día, según las estadísticas de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) correspondientes hasta mayo del 2018.
De esos 872,215 metros cúbicos por día, la CAASD solo logra recolectar poco más del 26% y de esa cantidad que recolecta únicamente puede tratar cerca del 6%.
Sin embargo, la CAASD está desarrollando un programa de reparación y construcción de plantas de tratamiento que en poco tiempo le permitiría tratar más del 40% de las aguas residuales que se producen en el territorio que le corresponde, según indicó Alejandro Montás, su director. Aún así en torno al 60% continuaría sin poder tratarse, lo que seguiría siendo un desafío.
DAÑO
Los datos del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo ponen en evidencia que a nivel nacional la situación es más crítica. Aunque no fue posible obtener cifras concretas y actualizadas, se estima que apenas cerca del 10% de las aguas residuales reciben algún tipo de tratamiento, de acuerdo a la “Propuesta de Estrategia Nacional de Saneamiento” (2016) elaborada por el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (INAPA) en conjunto con otros organismos.
Debido a la falta de infraestructuras cada día se vierten al ambiente millones de galones de agua contaminada y esto está deteriorando la salud de la población, los ríos, las aguas subterráneas, las costas y otros recursos naturales.
“Todos nuestros acuíferos se están contaminando a un ritmo acelerado en un momento en el que todos los países están tomando medidas para cuidar sus aguas (…), que es un recurso estratégico para el desarrollo”, advierte el hidrólogo Domingo Brito del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
300
CANTIDAD ESTIMADA DE LAS PLANTAS QUE SE NECESITAN
En términos teóricos en el país hay 104 plantas de tratamiento, pero regularmente muchas de ellas se encuentran fuera de servicio debido a su antigu¨edad y mal estado.
La solución. Para enfrentar el grave problema de las aguas residuales es preciso construir más sistemas para su tratamiento. El hidrólogo Domingo Brito y otros especialistas del sector consideran que cada municipio y distrito municipal debería tener una planta. Si en el en el país hay 158 municipios y 232 distritos municipales estaríamos hablando de que en República Dominicana se necesitan cerca de 300 plantas de tratamiento de aguas residuales.
Brito plantea que además cada industria o empresa que genera aguas residuales debería tener una unidad para tratar sus aguas. Es decir, que se necesitan miles de plantas a nivel nacional.