Campo y marginalidad
Los barrios marginados de las tres principales ciudades del país, se han fortalecido por el abandono de las áreas rurales. La juventud de origen rural, no piensa en criar vacas y caballos, sino en ser motoconchista, guardia, policía o buscador de ilusiones.
Por ello abandonó un área rural donde el conuquismo y la producción de coa y machete han caído en total abandono. Un simple conuco no es hoy suficiente para que se produzca lo necesario para mantener una familia.
El campesino está prácticamente abandonado a su suerte. Los programas de la reforma agraria entregaron en el pasado un pedazo de tierra, pero no formularon como necesario el financiamiento y la ayuda técnica. Hoy la mayor parte de las parcelas de la reforma agraria fueron vendidas a terratenientes, o abandonadas.
La agro-industria se ha levantado como la gran productora del campo. Absorbe a todo lo que se le acerca. Es difícil que pueda prosperar un simple campesino, sin tecnología a mano, y con recursos que nunca llegan. Los viejos pueden dejar el pellejo cultivando un árido predio, pero ese no es el caso de la juventud.
Los tugurios de miseria del Gran Santo Domingo tienen el tufillo del campo. La mayoría de esas familias salieron de la zona rural y se establecieron en la Capital pensando que milagrosamente satisficieran sus necesidades más perentorias.
Pero no ha sido así. Han tenido que vivir en medio del abandono total, marginados, sin trabajo, sin educación, sin asistencia médica y sin futuro. En la lista de prioridades de los gobiernos no está mejorar las condiciones de vida de los marginados.
Ese abandono se convierte en algo tangible que son los hechos de violencia callejera que a todos atormentan. Los soldados del crimen, los sicarios, los vendedores de drogas, en su mayor parte provienen de ese detritus social.
En la marginalidad hay desesperanza y cualquier vendedor de ilusiones encuentra allí carne de cañón que busca un mejor presente, y sueños de fantasías. Por lo tanto hay que poner el mayor esfuerzo para corregir esta distorsión.
Una primera parte es dar nuevas fuerzas al campo. No ayuda total a los agro-industriales, sino ver la situación de los que todavía hacen conuquismo. Mejores condiciones en el campo, harán que los jóvenes se queden en su tierra, y no vengan a pasar trabajo en los barrios marginados de las ciudades.
Una segunda parte es la de mejorar la situación en todos los barrios marginados, que al mismo tiempo son los más levantiscos. En esos barrios hay problemas generales, y si se le hace frente, podrían ser controladas las estadísticas de la violencia. ¡Ay!, se me acabó la tinta.