Cientos de salvadoreños deportados por EE.UU. fueron asesinados tras volver a Centroamérica

Escapar del infierno para volver a él. Esa es la trágica experiencia que han sufrido al menos 200 migrantes salvadoreños que fueron asesinados, torturados y violados en su país tras ser deportados por Estados Unidos, según afirma un informe elaborado por Human Rights Watch, una organización no gubernamental que busca defender los derechos humanos.

Dentro de esa negra cifra, la ONG identificó 138 casos de deportados que fueron asesinados entre 2013 y 2019 después del volver al país centroamericano. Aproximadamente 81 víctimas fueron asesinadas cuando llevaban menos de un año desde habían sido devueltos a El Salvador. Catorce deportados fueron asesinados sólo una semana después de su retorno y tres de ellos fallecieron tras pasar menos de 24 horas en El Salvador.

Human Rights Watch señala como los responsables directos de esta violencia a las maras, o pandillas, que operan impunemente en El Salvador y a las autoridades que en ocasiones abusan de los deportados o no toman las medidas adecuadas para protegerlos. También, la ONG afirma que el Gobierno de EE.UU. es responsable porque devuelve a los deportados a un lugar donde existe el riesgo de que puedan ser víctimas de violencia.

El informe —realizado entre 2018 y 2019— llegó a estos datos tras revisar más de 3.840 noticias publicadas en catorce medios salvadoreños, además de entrevistas con víctimas, familiares y diferentes autoridades para analizar el impacto post-deportación que sufrieron varios migrantes entre 2013 y 2019.

Se estima que hay 1,2 millones de salvadoreños en la primera potencia que no tienen nacionalidad estadounidense. De esa cantidad, un 25% tiene permiso de residencia, mientras que el resto está en situación irregular. Estados Unidos sólo concedió asilo a un 18,2% de todos los salvadoreños que lo solicitaron entre 2014 y 2018, según el documento.

El Triángulo Norte de Centro América —El Salvador, Guatemala y Honduras— es una de las zonas más violentas del mundo. En un informe publicado en 2017 por Médicos Sin Fronteras, uno de cada dos centroamericanos entrevistados mientras cruzaban México aseguró que había dejado su país debido a razones relacionadas con la violencia. Se calcula que unas 500.000 personas abandonan el Triángulo Norte rumbo a Estados Unidos cada año.

Las pandillas nacieron al calor de la guerra civil en El Salvador (1979-1992) y crecieron, además, gracias a las deportaciones desde Estados Unidos, de acuerdo con un estudio del think tank Crisis Group. Cerca de 54.000 personas integran estas maras que operan en el Triángulo Norte, una especie de ejército callejero que supone una de las principales causas de la elevada inseguridad que sufren estas tres naciones centroamericanas. El Salvador es uno de los países más peligrosos del mundo con un total de 61,8 asesinatos por cada 100.000 habitantes.

Tomado de https://www.abc.es