Comienza la campaña
La campaña partidista hace tiempo que se abrió y la Junta Central Electoral únicamente oficializó lo que la práctica estaba convirtiendo en un vendaval sin ley ni orden.
Una campaña electoral que de hecho será en parte una gran falsa. Los partidos se reservaron el derecho de señalar con un solo dedo a los candidatos de su preferencia, sin que éstos vayan a unas primarias, ni mucho menos al consenso de popularidad.
Es un violación de las normas institucionales que se seleccione en forma medalaganaria a la mayoría de los candidatos. Esas fueron prácticas impuestas por los grandes caudillos del siglo veinte, y se esperaba que ya en el 21 por lo menos estuviéramos sentando la línea del avance.
Con estas fragilidades se va caminando a un proceso electoral, donde solo tienen posibilidades de hacer un buen papel dos partidos políticos. Recuerdo que hace muchos años cuando se hablaba del bipartidismo, la gente lo tomaba a broma.
Hoy es una realidad, solo hay dos partidos políticos, con serios problemas internos, obligados a buscar aliados en los grupos emergentes, pero sin fuerza ni mediación para tratar de curar sus heridas internas. De aquí a enero hay un panorama político hasta cierto punto en total nebulosa, donde no se sabe hacia dónde se va.
La división de un partido no es problema que pone en peligro el sistema electoral. No pasa de ser una molestia particular de uno o dos de los grupos participantes. Los partidos, nacen, se reproducen y desaparecen. Es una ley de la vida y de las instituciones. Sin poner en jugo a la representativa democracia, si puede llevar el caos y descontrol de un sistema electoral que no está institucionalizado.
Los Problemas de la JCE es que no tiene seguimiento institucional y se tira al zafacón lo que hicieron los anteriores presidentes. Es una costumbre producto de los sinsabores y resquemores que quedan entre representantes de la sociedad civil, los empresarios y los sectores políticos.
La apertura de la campaña electoral, en su fase inicial de las primarias, no pasa de ser un comunicado en los medios de comunicación. Ese proselitismo arrancó hace mucho tiempo y la Junta no lo pudo parar.
Tampoco podrá ahora controlarlo. Se va a desbordar en unas primarias donde las aspiraciones de los que van a ser señalados con el dedo se frustraran, y en muchas ocasiones terminaran con escape hacia los emergentes, que los llevarían en su boleta.
El Congreso y los municipios tienen una importancia vital, y más ahora que sus representantes tienen que ser electos antes que el Presidente. Aquí no hay mediadores que valgan, para lidiar en estos casos fueron establecidas las altas cortes. Habrá dolores de cabeza y golpes bajo, pero no se llegará a un cierre institucional y una crisis del sistema. ¡Ay!, se me acabó la tinta.