Deportes y Cultura
Las estadísticas son reveladoras. La mayoría de los internos en las cárceles dominicanas son jóvenes, y casi todos provienen de la marginalidad y de hogares destrozados. No hay excusas para el que comete un delito. Los tribunales deben determinar su grado de culpabilidad o inocencia.
Pero si es posible la prevención para rescatar a los jóvenes de la calle, del vicio, del crimen. Fracasa la sociedad cuando no puede prevenir la torcedura de los jóvenes y cuando luego que caen en la delincuencia, no encuentra la forma de regenerarlos.
Hace falta un cambio en la sociedad. No de caras, ni propuestas políticas, sino de compromiso real para rescatar a los jóvenes del abandonado. El primer paso en la delincuencia se da por la falta de oportunidades. De ahí en adelante, hay una senda sin regreso.
En los perfiles sicológicos que hacen los trabajadores sociales sobre las prostitutas, sale a relucir que no es exacto el calificativo de que son mujeres de vida alegre, sino damas que conocen el tormento en la primera etapa de sus vidas, de las violaciones, del hambre, de la miseria, de la falta de oportunidades, y para tratar de subsistir por una día sus primeras entregas son por un pica-pollo o un par de cientos de pesos.
Cuando se inicia la carrera de la delincuencia, cada día se cae más en el pozo del crimen. Es una vida sin retorno y donde tampoco tendrán tiempo de pensar en buscar otras alternativas de cambios. La sociedad fracasa cuando son nulas las medidas de prevención, y se da pie a querer ocultar verdades. Vamos a trabajar en la prevención, en mejorar los niveles de vida de los excluidos, a crear nuevas posiciones de trabajo, y facilitar los estudios, para que no haya analfabetos.
Recuerdo mi época juvenil, en que dominaban la vida de los jóvenes los clubes culturales y deportivos. Recuerdo la época de los cine-fórums, de las lecturas de poesía, de los concursos de cuentos, sobre todo en la etapa cultural, la que más me interesaba. Pero también había las rivalidades deportivas barriales.
De ahí que proponemos un renacer de los clubes deportivos o culturales en los barrios. Hacer programas de sano enfrentamiento entre sectores, en concursos literarios, mientras que en la práctica de los deportes hay choques entre las distintas disciplinas.
Al ver los juegos Panamericanos vemos el esfuerzo de los jóvenes por hacer un buen papel, y lograr medalla. Los atletas en su mayoría surgen del barrio, y son ejemplos para sus compañeros de residencia y del pueblo en general. Esos atletas están demostrando que el camino de emancipación de la juventud tiene que marchar por la disciplina del estudio y el deporte. ¡Ay!, se me acabó la tinta.