Después de la reelección

La reelección sufrió una derrota política por tener grados de impopularidad que no fueron contrarrestados con una vertical línea de movilización social. Se pasó demasiado tiempo en indefiniciones, amagando con llevar un proyecto de convocatoria al Congreso, mientras el país caminaba a una crisis política.

Tomando en cuenta el espinoso tema de la reelección, y que mueve pasiones en contra a granel, se tenía que imponer la reforma desde un primer momento, de sopetón, y sin jugar al gato y al ratón. En la estrategia política se actuó con sorpresas que no cristalizaron y se dio paso a que se diera la injerencia de los Estados Unidos.

Ya se veía difícil el panorama reeleccionista, desde que Danilo Medina estableció relaciones diplomáticas con China. En el área de influencia de los norteamericanos, era una acción que traería respuestas. Puede ser que esa llamada de Mike Pompeo fuera la parte oscura de lo que evito la reforma constitucional.

Pero el sector oficial cometió un pecado capital en política: se dejó quitar la calle. Jugo a las declaraciones de personalidades, mientras que organizaciones comunitarias, Leonel Fernández y Luis Abinader marcharon hacia el Congreso, en repudio al estamento que proclamaba la reforma constitucional.

La militarización del área externa del Congreso fue una acción innecesaria. La seguridad de la sede de la Cámara de Diputados y del Senado se pudo redoblar, sin tener que obstaculizar el transito normal de todo el sector. Los retenes militares radicalizaron la lucha, aparte de que llevaron temores a la población de que se cayera en una crisis de mayores consecuencias.

villeta

Danilo sufrió una derrota política, pero hoy está en combate. Es un gran organizador político, y ahora debe estar listo para conservar el poder a nivel de su tendencia en el Partido de la Liberación Dominicana. Allí tiene la fuerza institucional para imponer a un candidato.

Leonel podría ser víctima de un espejismo. Tratar de ampliar su lucha en el PLD creyendo que Danilo está congelado sería un error. Danilo va a imponer en el PLD al candidato de su preferencia, y con él va a tratar de ganar las venideras elecciones.

A Danilo se le esfumo el tiempo para la reelección, y si Leonel persiste en dar la batalla en el PLD le pasara lo mismo, cuando quiera actuar no tendrá para dónde coger. Danilo y Leonel no caben los dos juntos en el PLD. La expectativa está ahora en cuál será la movida de ajedrez que hará el danilismo.

Ya comenzó la recomposición de fuerzas en el panorama nacional. Falta la cara electoral del danilismo, esta Leonel y Abinader. Fuera de ahí, solo hay para alianzas. El que no sepa dar pasos firmes en este reflujo se va a quedar congelado. Si ve poco, que cambie los lentes. ¡Ay!, se me acabo la tinta.