El presidente de Irán rechaza renegociar el acuerdo nuclear
Rohani acusa a los europeos de haber sido incapaces de actuar con independencia de EE UU
El presidente de Irán, Hasan Rohani, ha rechazado este miércoles la propuesta de renegociar el acuerdo nuclear al gusto del presidente norteamericano, Donald Trump, y ha criticado a la UE por no haber sido capaz de actuar como un bloque independiente después de que EE UU abandonara el pacto. Sus palabras se producen al día siguiente de que los tres firmantes europeos activaran el mecanismo de resolución de disputas del mismo y de que el primer ministro británico, Boris Johnson, propusiera un “acuerdo Trump” para resolver la crisis.
“La UE ha fracasado y no ha logrado actuar como un bloque independiente [de EE UU]”, ha dicho Rohani durante un discurso televisado. En la primera reacción política tras el anuncio europeo de la víspera, el presidente iraní también ha señalado que los europeos deberían disculparse con Teherán por “el incumplimiento de sus promesas”.
Desde el abandono del acuerdo nuclear por parte de EE UU en 2018, Irán viene insistiendo en que el resto de los firmantes (Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) le compensen por las pérdidas económicas. Las sanciones que Washington reimpuso a Teherán bloquean su capacidad de vender petróleo, que es su principal fuente de ingresos (de los 2,8 millones de barriles diarios que exportaba entonces ha pasado a apenas medio millón y con grandes descuentos). El lanzamiento por la UE de un mecanismo financiero para sortear las restricciones estadounidenses ha resultado insuficiente.
Harto de esperar, Irán empezó a desligarse de sus compromisos con el acuerdo a partir de mayo del año pasado en un crescendo que culminó el pasado día 5 con el anuncio de que ya no respetaría los límites al enriquecimiento de uranio. Ese proceso, clave para la fabricación de un arma nuclear, era el objeto principal del pacto. De ahí la decisión del Reino Unido, Francia y Alemania de activar el mecanismo de resolución de disputas a modo de advertencia.
Rohani ha vuelto a insistir no obstante en que todos los pasos que su país ha dado hasta ahora “son reversibles”, si la otra parte cumple sus obligaciones. Y ahí radica el problema. La otra parte carece de una voz única. Trump, que desde antes de llegar a la Casa Blanca ya rechazó el acuerdo firmado por su predecesor, pretende renegociarlo para incluir ni el programa de misiles y la interferencia iraní en los países árabes (a través de milicias aliadas).
La UE, que si bien no es parte firmante ha actuado de mediadora, comparte la preocupación estadounidense, pero no las formas, por lo que se ha esforzado en mantener los canales de diálogo con Irán. Sin embargo, carece de verdadero peso político y económico para compensar de la ausencia de Washington. China y Rusia defienden el pacto mientras se benefician de la debilidad de la República Islámica (que permite a Pekín comprarle petróleo a precios irrisorios y da a Moscú vía libre en Siria).
El rifirrafe se produce además en medio de una escalada con EE. UU. por el asesinato del general Qasem Soleimani en Irak. No obstante, Rohani ha querido dejar claro que el régimen iraní no va a dar su mano a torcer. Ha rechazado de plano la propuesta de Johnson de renegociar el acuerdo al gusto de Trump, que ha calificado de “extraña”. “El palmarés de Trump se limita a violar los compromisos internacionales como el cambio climático, la OTAN, la UNESCO”, ha acusado el presidente iraní antes de desafiar a la UE a que ponga un ejemplo de algún logro que haya conseguido con el inquilino de la Casa Blanca.
También ha responsabilizado a EE. UU. de hacer inseguro Oriente Próximo. En ese contexto, Rohani ha instado a los ejércitos occidentales a abandonar la región “de forma sabia y no con una guerra”. “Hoy, los soldados estadounidenses están en peligro; mañana, pueden ser los europeos”, ha advertido.
El presidente iraní, atrapado en la crisis causada por el derribo de un avión de pasajeros ucranio hace una semana, ha pedido a las fuerzas armadas de su país que aclaren a la opinión pública en un lenguaje “llano, transparente y simple” cómo ocurrió y “se disculpen por el retraso” en admitir su responsabilidad. La inicial negativa a reconocer que la catástrofe fue obra de un misil disparado por la Guardia Republicana (dos, según un vídeo verificado por The New York Times) ha desatado nuevas protestas. Los iraníes acusan a sus gobernantes de mentirosos, exigen dimisiones e incluso cuestionan al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
Rohani parece querer distanciarse de los militares, pero muchos iraníes se preguntan qué está haciendo él en cuanto máximo cargo electo del país. Su ministro de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, ha asegurado que ni el presidente ni él supieron del misil hasta el viernes por la tarde y que anunciaron el trágico error enseguida. De momento, han cerrado filas con el régimen en el llamamiento a la unidad nacional y a la “máxima solidaridad” para hacer frente a la política de “máxima presión” de Washington. Mientras, el ayuntamiento de Teherán ha llenado la capital de carteles en recuerdo de los 176 muertos en el siniestro aéreo bajo el lema “todos sufrimos el mismo dolor”.