Estados Unidos bombardea a las milicias chiíes leales a Irán en territorio iraquí

Estados Unidos lanzó una serie de «ataques defensivos, proporcionales y en respuesta directa a la amenaza planteada por los grupos de milicias chiíes respaldados por Irán que continúan atacando bases que albergan las fuerzas de la coalición», según el comunicado del Pentágono. Los aviones estadounidenses atacaron puestos de la milicia chií Kataib Hizbulá (KH) en Irak, grupo al que responsabilizaron del lanzamiento de los 18 cohetes Katyusha el miércoles contra la base de Taji, situada al norte de Bagdad, que mataron a dos soldados de Estados Unidos y un británico.

En esta base hay también presencia de tropas de otros quince países, incluidos 80 españoles. Fue el ataque número 22 contra las fuerzas internacionales desplegadas en Irak desde octubre, según informaron fuentes de seguridad iraquíes, y la primera acción mortal desde que Estados Unidos asesinara en enero a Qassem Suleimani, general de la Guardia Revolucionaria de Irán y creador de las milicias chiíes leales a Teherán que hay en toda la región.

Antes de conocer el comunicado del Pentágono, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, adelantó que sus fuerzas tenían luz verde de Donald Trump para responder a lo sucedido en Taji. «Todas las opciones están sobre la mesa», declaró Esper, quien aclaró que su país «no tolerará este tipo de acciones contra nuestra gente, nuestros intereses y nuestros aliados».

Pocas horas después del ataque a Taji el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de la muerte de al menos 26 milicianos chiíes iraquíes de las Unidades de Movilización Popular tras un ataque aéreo contra dos de sus bases situadas en Abu Kamal, en plena frontera entre Siria e Irak. La agencia oficial Sana también recogió lo que calificó de «agresión aérea», pero no hubo confirmación alguna por parte del Pentágono sobre esta acción.

Ultimátum para la salida de las tropas

Washington acusa también a esta milicia del ataque de diciembre que mató a uno de sus operarios en el país y el grupo envió un comunicado a la cadena Al Mayadeen en el que mostró su apoyo al ataque contra la base de Taji ya que se trata «del momento apropiado para comenzar la batalla que logre expulsar al demonio». Las milicias chiíes de Irak fijaron el 15 de marzo como fecha límite para la salida de las tropas extranjeras del país, un ultimátum que dieron tras el asesinato de Suleimani y de su vicepresidente, Abu Mahdi al Mohandes, que viajaba junto al paramilitar iraní en el momento del ataque.

El presidente iraquí, Barham Salih, calificó lo sucedido de «ataque terrorista» y el primer ministro en funciones, Adel Abdul Mahdi, ordenó la apertura de una investigación para dar con los responsables del lanzamiento de los cohetes.

Tomado de https://www.abc.es