Evaluaciones económicas
El modelo económico dominicano necesita un cambio, no un simple ajuste. Los técnicos del departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos del Banco Central se hacen una pregunta y no dan la respuesta. El modelo económico dominicano ¿cambio o ajustes?.
No puede haber término medio, el modelo económico actual tiene grandes desajustes y exclusiones por lo que debe ser cambiado. Que esas variantes no lleguen de modo radical es una cosa, pero no soporta más ajustes que se quedan en el papel.
El Banco Central debe tener una unidad que se encargue de chequear la económico con el olor de la mantequilla barata, el sabor del salchichón, el palpar el pan de agua y consumir el grumo de leche guajada que se vende como queso. Es la economía de la pulpería. El bolsillo de los que no tienen dolientes, los más pobres de la población.
Desde luego el concepto hoy de pobre tiene que ser redituado al siglo 21. Estamos en la era de la proletarización. El que era clase media hace una década, ahora está dentro de la proletarización camino de la marginalidad. Su nivel de vida es valuado por un dólar que está al 50 por uno. Produce en pesos, mientras que el desempleo obliga a buscar trabajo en la informalidad.
Parece que se habla en una dimensión etérea cuando se dice que la estrategia implementada transformó la economía dominicana logrando ganancias importantes en crecimiento y generación de empleo, a la vez que mantuvo la inflación dentro de límites razonables. Hoy es más difícil que nunca conseguir el primer y el último empleo.
Los jóvenes pueden tener el titulo bajo el brazo y siguen desempleados. Los adultos mayores son eliminados sin pensión. Para decir que hay una reducción de la pobreza, de la marginalidad, del abandono social hay que tener lentes oscuros, no pisar la tierra y vivir en el paraíso ideal, cuando se está a las puertas del infierno. ¡Ay!, se me acabó la tinta.