Evo Morales dimite tras perder el apoyo del Ejército y de la calle por el fraude electoral
Evo Morales tiró la toalla. Tras semanas resistiéndose a dejar el poder, en el que llevaba cerca de catorce años, ayer anunció su renuncia como presidente de Bolivia en un discurso televisado a la nación. Poco antes, el mismísimo jefe del Mando Militar se había sumado al coro de voces que venían reclamando su renuncia que se intensificaron a lo largo de la jornada de ese domingo, al conocerse el demoledor informe de los inspectores de la Organización de Estados Americanos (OEA) que demuestra el fraude electoral del pasado 20 de octubre.
El mandatario justificó su decisión por el deseo de «que vuelva la paz social» y que «el mundo entero sepa cómo grupos oligárquicos conspiran contra la democracia». Junto con su marcha se producirá también la del vicepresidente, Álvaro García Linera.
La auditoría de la OEA hecha pública este domingo pone negro sobre blanco lo que ya era un clamor en la sociedad y en la comunidad internacional, y que se había apuntado en otras auditorías realizadas hasta ahora: las «irregularidades extremadamente graves» en la primera vuelta de las elecciones. Manipulaciones informáticas en el recuento, actas falsificadas y número de votantes inflado o ausencia de una cadena de custodia de los datos son solo algunos de los flagrantes vulneraciones del proceso que llevan al equipo auditor de la OEA a concluir que «no puede validar los resultados» y a recomendar «un nuevo proceso electoral». Morales, que había aceptado someter las elecciones de octubre a la revisión de la OEA, accedió entonces a plantear una repetición electoral.
En sus primeras declaraciones tras hacerse pública el informe, sin embargo, el presidente no se refirió a él. Insistió, en cambio, en la existencia de un «golpe de Estado» en marcha y aseguró que el objetivo de las nuevas elecciones sería «bajar la tensión» y «pacificar el país». Más aún, consideró que quienes le pedían dimitir formaban parte del supuesto «golpe».
Cascada de dimisiones
Según el ya exmandatario, para la nueva cita con las urnas se renovará a todos los vocales del Tribunal Supremo Electoral, la entidad encargada de supervisar los comicios y que está en el centro del fraude que ahora ha demostrado la OEA. «En las siguientes horas la Asamblea Legislativa Plurinacional, en acuerdo con todas las fuerzas políticas, establecerá los procedimientos para ello», indicó antes de dimitir.
Sin embargo, el anuncio de repetición electoral no sirivió para bajar la presión sobre Morales, que se encontraba cada vez más solo. Ayer dimiteron los ministros de Minería y de Hidrocarburos, el presidente de la Cámara de Diputados, la viceministra de Exteriores, y el gobernador de Cochabamba, así como la presidenta del controvertido Tribunal Electoral.
En los últimos días se habían amotinado los policías de buena parte del país para ponerse del lado de quienes reclamaban respetar la democracia y este domingo animaron a sumarse a las Fuerzas Armadas, que el sábado ya señalaron que nunca se enfrentarían con el pueblo. En este clima de incertidumbre, el mando militar ordenó emprender operaciones, tanto aéreas como terrestres, para «neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la Ley».
El opositor Carlos Mesa aseguró que, ante las pruebas del fraude, Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera quedaban inhabilitados y, en cumplimiento de la Constitución, no pueden presidir un nuevo proceso electoral. Por ello exigió que la Asamblea Legislativa convoque hoy mismo a sectores políticos, cívicos y sociales, para consensuar un nuevo órgano electoral y un calendario para los comicios.
El líder ciudadano Fernando Camacho, presidente del llamado Comité Pro Santa Cruz, reclamó la dimisión del presidente junto al resto de sus ministros y diputados, y su sustitución por un gobierno en funciones para la celebración de unas nuevas elecciones. Incluso el obispo de Potosí, Ricardo Centellas, se sumó al coro de voces que pedía que Evo Morales se echara a un lado.
Mientras tanto, se mantenía la tensión en las calles. Al menos tres personas resultaron heridas ayer por disparos de arma de fuego en una carretera del altiplano al paso de una caravana de mineros que se dirigía a La Paz para sumarse a las protestas contra Evo Morales, informa Efe. El incidente se produjo en la misma región en la que el sábado resultaron heridas al menos 32 personas cuando fue atacada otra caravana de mineros y universitarios que también avanzaba hacia a la capital.
El mensaje del jefe de las Fuerzas Armadas
El jefe del Mando Militar de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman, «sugirió» a Evo Morales que dimitiera en una rueda de prensa. «Luego de analizar la situación conflictiva interna, sugerimos al presidente del estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia», afirmó Kaliman.
El texto leído por Kaliman subraya la «escalada del conflicto que atraviesa el país» y argumenta que «velando por la vida, la seguridad de la población, la garantía del imperio de la Constitución política del estado, en conformidad al artículo 20 de la ley orgánica de las Fuerzas Armadas», «sugieren» la renuncia de Morales.
Kaliman se refirió además al «pueblo boliviano y sectores movilizados» a los que instan a «deponer las actitudes de violencia, desorden entre hermanos, para no manchar con sangre, dolor y luto a nuestras familias».
Tomado de https://www.abc.es/