Inestabilidad haitiana

Los disturbios de los últimos días en Haití deben mover a reflexión a los dominicanos. Hay una situación que apunta a pobladas incontrolables en un territorio donde no hay orden ni ley.

Las grandes potencias son las responsables de los desafueros haitianos. Desde Francia hasta los Estados Unidos. Hay una línea histórica de saqueo, de apoyo a gobiernos de fuerzas, de sacar riquezas y abandonar a sus moradores a su mejor suerte.

Nunca se ha tratado de llevar la democracia a Haití. El saqueo económico y el dejar en el poder a gobiernos despóticos, mantienen a ese país en el mayor de los atrasos. Es el más pobre, y de menos cultura del continente.

Cualquier disturbio en Haití tiene que ser visto con mucho detenimiento por los dominicanos. Somos la única vía de escape que tienen los que huyen despavoridos de la muerte y de la violencia.

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Nuestra solidaridad debe llegar solo a lo humanitario, pero recordando la máxima de que cada país debe solucionar sus problemas internos, sin injerencia de ningún tipo. Ahora, un mejoramiento de los niveles de vida en Haití si podría facilitar que decenas de ilegales que están aquí cojan sus maletas y retornen a su lugar de nacimiento.

Para los Estados Unidos, Francia y Canadá, entre otros, la República Dominicana debe convertir a ilegales haitianos en nacionales, dejar nuestro territorio abierto a una migración ilegal y devastadora. Eso no se puede permitir. Los principios del respeto institucional y territorial se tienen que mantener a como dé lugar.

En Haití hay muchas desigualdades sociales, abandono total de sus moradores, se carece de gobierno, de fuerzas armadas, de policía, de justicia. Lo único que está claro en Haití es poder cruzar la frontera, llegar ilegal a República Dominicana y echarnos sus dolores y penurias sobre nuestras espaldas. Así no. Los dominicanos tenemos que resolver nuestros problemas, no los haitianos. ¡Ay!, se me acabó la tinta.