Las dos caras del comercio en SD en medio de la crisis por Covid-19

La ciudad de Santo Domingo presentaba la mañana de ayer un notable contraste entre los sectores que todavía acatan casi en su totalidad las medidas preventivas del Gobierno para frenar la expansión del coronavirus, tras un mes y medio de haber sido adoptadas, y aquellas zonas que por las necesidades de sus habitantes lucían en gran parte revitalizadas.

En algunos de los sectores más antiguos de la urbe con más casos de contagios por Covid-19, como la Ciudad Colonial, Ciudad Nueva y Gascue, apenas era posible ver peatones y la gran mayoría de los comercios seguían clausurados, a excepción de los colmados y puestos de comida.

No obstante, el flujo de vehículos en sus principales calles parecía haber vuelto a lo que era normal antes de la emergencia sanitaria.

En la Ciudad Colonial, el centro histórico de la capital caracterizado por recibir a diario a más de 2,000 visitantes, calles principales como El Conde, Arzobispo Nouel y Las Mercedes lucían desoladas y la imagen de las puertas enrollables de los negocios cerrados se ha vuelto la competencia de la pintoresca arquitectura de las edificaciones.

El cierre de locales es extensivo a las vías comerciales cercanas, como la avenida Mella, en el sector San Carlos, donde incluso el Mercado Modelo lucía completamente cerrado.

La faceta contraria. Al otro extremo de la ciudad, en el industrializado sector Herrera, empezaron a reabrirse comercios distintos a los considerados básicos para la población, como los supermercados, farmacias, estaciones de combustible, colmados y bancos.

En esta zona de Santo Domingo Oeste las paradas de autobuses, taxis y motoconchos están operando a plenitud.

Los locales de venta de muebles y reparación de vehículos no se han quedado atrás, aunque en algunos casos han efectuado aperturas tímidas con el empleo mínimo de trabajadores y puertas entre abiertas.

El tránsito en este sector cada día parece ir en aumento hasta el punto de que ya vuelven a formarse tapones en las principales intersecciones.

En estos cruces también se puede percibir el retorno de los vendedores ambulantes, algunos de los cuales mantienen la venta de productos habituales como los alimentos y otros se inclinan por artículos cuya demanda se ha disparado por la crisis sanitaria: desde los guantes y mascarillas hasta juegos de mesa para hacer más llevadero el confinamiento en los hogares.

Abrir para descongestionar. El pasado miércoles, la Federación Dominicana de Comerciantes (FDC) pidió al Poder Ejecutivo iniciar a partir del próximo lunes la apertura gradual de los sectores del comercio que son esenciales para que las empresas autorizadas por decreto presidencial puedan continuar ofreciendo sus servicios y contribuir con el distanciamiento social.

El presidente de la federación, Iván García, planteó que las ferreterías, tiendas de repuestos, talleres de mecánica y tiendas de electrodomésticos tienen que empezar a ofrecer sus servicios para que disminuyan las largas filas de las grandes cadenas comerciales que ofrecen los mismos servicios que las mipymes, ya que así los consumidores visitarían los comercios de sus barrios y pueblos y evitarían aglomerarse en extensas hileras.
El nuevo “flow”

En toda la ciudad las mascarillas se han vuelto parte de la vestimenta cotidiana de los transeúntes y conductores de vehículos.

El uso obligatorio de las mascarillas fue dispuesto por el Ministerio de Salud Pública a mediados del mes pasado y ha sido promovido por otras autoridades.

Tomado de https://hoy.com.do/