Optimismo económico
Es un hecho esperanzador que el Banco Central, al analizar el año 2019, considere que hay un impulso sostenido y poderoso de la economía nacional. Inclusive llena de optimismo, que los técnicos evalúen que el turismo mantuvo su consistencia a pesar de los diferentes problemas que enfrento.
Esa evaluación estima que la agropecuaria y todo el sector periférico mantuvo buenos niveles a pesar de la sequía, que en algunos sectores fue devastadora y obligo a traer de fuera muchos comestibles que se deben producir aquí.
Con un crecimiento de un 5.1%, la economía dominicana, de acuerdo con los datos del Banco Central, ha estado navegando con buenos vientos. Destaca que ese desarrollo, el sector privado lo impulso en un 85.5%. ¿Qué le falta a la economía para ser un bien que lo disfruten todos los dominicanos?.
La sensibilidad social y la justa distribución de las riquezas. Los técnicos del Banco Central han hecho su trabajo. Es al gobierno que le toca como normalizador de la vida nacional sentar las bases para que haya una justa y equitativa repartición de riquezas.
No se trata de que haya expropiaciones, confiscaciones y nacionalización, como lo planteaban los viejos grupos de izquierda, es simplemente llevar al capital a tener una cara más humana. El hombre no solo es desarrollo económico desigual, sino que se le permita una vida más digna.
Este crecimiento económico en un solo año, debe ser para beneficio de todos los dominicanos. Desde luego, el que más tiene, el dueño del capital, es el que lo recibe todo, pero se debe buscar el lado amable de la justicia social.
Tenemos que ver ese desarrollo en torno a las torres de 20 pisos que van adornando a todo el Distrito Nacional, pero no se puede tener lentes oscuros para tratar de no ver la miseria extrema. Siempre el desarrollo económico presenta fuera del saco, la corbata y el aire acondicionado, una faz muy fea y atormentadora.
La empresa privada debe ampliar su cartera de creación de empleos, y tener salarios justos para sus empleados. No se olvide que en ese mismo año 2019, los empresarios muy a regañadientes aceptaron un mínimo salario para sus empleados, muy por debajo de la canasta familiar.
Lo ideal es que el salario promedio este de acuerdo con la canasta alimenticia. O se suben los salarios, o sencillamente se hacen esfuerzos para bajar los precios de los alimentos y los servicios. Si hay inflación e impuestos insoportables, el crecimiento económico será una realidad para unos, y un espejismo lejano para otros.
Vamos a crear un desarrollo en la supra.-estructura y también en la marginalidad. Los dominicanos de arriba y los de abajo tienen el pleno derecho a disfrutar de las perspectivas económicas llenas de crecimiento y optimismo que ve el Banco Central. ¡Ay!, se me acabo la tinta.