SP clausura clínica CIPLA donde murió Altagracia Díaz
El Ministerio de Salud Pública cerró ayer el Centro Internacional de Cirugía Plástica Avanzada (CIPLA), propiedad del doctor Héctor Cabral, donde a principios de este mes murió la señora Altagracia Díaz mientras era sometida a un procedimiento de cirugía estética.
La institución dijo que la autopsia practicada al cadáver de la dama, de 51 años, demuestra que murió por “embolismo graso con shock pulmonar”.
Informó que entre las causas que conllevaron el cierre del establecimiento están el incumplimiento de los protocolos, hallazgo de medicamentos vencidos tanto en la unidad de cuidados intensivos como en la farmacia del centro y violaciones de los procesos de esterilización.
Otra anomalía es que aunque tenía 12 quirófanos, CIPLA estaba habilitada para seis, y solo tenía un desfibrilador, cuando la exigencia es que haya por lo menos cuatro.
Además de eso, el ministerio dio un plazo de 72 horas para que la clínica concluya los tratamientos médicos en curso y para el traslado de los pacientes ingresados.
“El cierre durará hasta que la clínica cumpla con todos los requerimientos para la seguridad de la salud y tome las medidas reglamentarias establecidas en la ley”, expresó en rueda de prensa, Rafael Sánchez Cárdenas, ministro de Salud.
El funcionario dijo que serán reforzados los procesos de inspección en ese tipo de cirugías estéticas, ya que han descubierto prácticas de personas no autorizadas para ese tipo de procedimientos.
Indicó que para ello han habilitado un portal con todas las clínicas habilitadas para ese tipo de procesos.
Otras irregularidades. De su lado, la doctora Francini Placencio, directora de monitoreo y evaluación de calidad de servicios del ministerio, dijo que la comisión investigadora encontró que en la atención a la paciente hubo una serie de otras anomalías antes y después del procedimiento.
Señaló que en el análisis del proceso de atención detectaron que no habían seguido los protocolos de expedientes clínicos, ya que el de la señora Díaz estaba incompleto y faltaba la descripción del proceso quirúrgico, lo que impidió conocer la cantidad de grasa extraída a la paciente.
Manifestó además que faltó la lista de verificación para la seguridad de la cirugía y que en lo que respecta a la evaluación preanestésica encontraron que fue elaborada media hora antes de la cirugía, cuando lo recomendable es que sea con varios días de antelación para que el médico pueda evaluar eventuales factores de riesgos y determinar el manejo terapéutico.
Tomado de http://hoy.com.do