Todo cambiará
El mundo no será igual. Va a cambiar. Los polos económicos tomaran diferentes caminos. Se desplomaran las bolsas del mundo capitalista. China tratará de buscar una rápida rehabilitación como la segunda economía del mundo.
Los Estados Unidos todavía están en el pico de la epidemia. Los dos símbolos del capitalismo están paralizados y se tambalean. Nueva York, considerada la capital del mundo y California, la economía más fuerte de norteamericana y la quinta del universo.
Los países Europeos muerden el polvo. Italia está en la bancarrota, ahora mismo viendo el país donde se han reportado más muertes por el coronavirus. España luce desesperada, en medio de su crisis política, con un gobierno producto de una coalición que se puede romper en cualquier momento. Alemania en las sombras de tener que realizar nuevas elecciones, se muestra como la más fuerte de las economías del viejo mundo.
Una cosa se ve clara en esta crisis de salud, pero con desplome económico, y es que China ya adelanta pasos para recuperarse. Su misión parece que es ganarle a Estados Unidos y Europa en buscar volver a una nueva modalidad.
Japón adelanta que en abril podrían los niños volver a las escuelas, y se invita a toda la población a ver lo que se considera un símbolo de su poder étnico; ver como florecen los ciruelos. Rusia hace frente al virus, mientras Putin tiene en el bolsillo del pantalón continuar en el gobierno por tiempo indefinido.
El mundo no se ha doblegado por las armas nucleares, los capitales no se han caído en base a los combates mortíferos. Las grandes potencias muestran su impotencia por un virus incontrolable. Sin vacuna a mano y teniendo que recurrir a las computadoras, como única forma de mantener el trabajo a distancia.
La reconstrucción del país, en lo económico, lo político y lo social, tendrá que ser con el relanzamiento de una sociedad del siglo 21. Las viejas normas de comercio, no podrán subsistir en la etapa que llegará después de la crisis.
La colectividad del barrio será sepultado con el temor de hoy, para dar paso a una sociedad más personalista, mas individualista, donde cada cual tratara de alcanzar su meta, sin tomar en cuenta el vía crucis del que le queda al lado.
El mundo cambiará cuando termine esta pandemia. Los dominicanos no volveremos a ser los mismos. Este coronaviris traerá nuevos derroteros en lo económico, lo político y lo social. Las tradiciones y las costumbres se queman en las hogueras de las revoluciones, de las guerras y de los fenómenos incontrolables de la naturaleza. De la agonía de hoy, surgirá una nueva sociedad. ¿Por quienes doblarán las campanas?. ¡Ay!, se me acabó la tinta.