Tránsito en Santiago se torna caótico
Santiago. El desorden generado en el tránsito vehicular, muchas veces protagonizado por choferes de carros de rutas de concho, ha provocado alarma de diversos sectores que reclaman mayor acción por parte de las autoridades.
Aplicar mayores sanciones hasta colectivizar el servicio de transporte y hacerlo masivo con la compra de autobuses de pasajeros de mayor capacidad, son algunas de las propuestas que han surgido de parte de instituciones de la sociedad civil y empresariales.
“¿Qué harán los de la Alcaldía de Santiago para poner orden a los pobres padres de familia de las rutas públicas que andan a diestra y siniestra, no respetan ninguna ley de tránsito, si es que la conocen? Como abusan todos los días, se ha vuelto cotidiano y familiar el desorden imperante en todas las rutas públicas”, expresó el sacerdote Javier Jorge, párroco del sector Cienfuegos. El religioso refiere que hasta retrovisores arrancaron “los todopoderosos de la ruta F echando competencia”.
Ninguna ruta escapa
“Si comenzamos a ver el desorden que hay, ni la K se escapa. Deberían existir unos premios para la peor ruta: Por el servicio que ofrece y el irrespeto a las leyes de tránsito”, apunta el cura católico. Recientemente, tres personas fallecieron cuando un chofer de la ruta F cruzó un semáforo en rojo e impacto con otro automóvil, mientras el pasado domingo le tocó a tres integrantes del Cuerpo de Bomberos de Santiago que resultaron heridos cuando acudieron a apagar un fuego al improvisado barrio Los Solares de Cienfuegos y el camión surtidor fue impactado por el conductor de una camioneta que también se fue en rojo.
La ciudadana Yanet Polanco pidió al departamento de tránsito terrestre y el Ayuntamiento a poner orden para comenzar a trabajar en reducir los accidentes.
Piden a las autoridades poner el orden
“¿Es que no hay autoridad en Santiago? ¿Para qué están los sindicatos? Esta carnicería debe detenerse”, sostuvo Yanet Polanco. Dijo que si las autoridades que hay en Santiago no tienen autoridad para poner el orden las calles, que sean sinceros y abandonen o renuncien a sus cargos y pongan a alguien que quiera trabajar y organizar “a los pobres padres de familia”.