Trump cierra el Gobierno de Estados Unidos hasta que le den dinero para el muro
Donald Trump ha cumplido su amenaza. A medianoche de ese sábado, el Gobierno norteamericano ha echado el cierre. Más de 800.000 funcionarios dejan de percibir su salario. Nueve ministerios dejan de funcionar. Ante la negativa de los demócratas de concederle los 5.000 millones que el presidente de EE.UU. exige para construir un muro en la frontera con México, ha vetado una ley de financiación de la administración pública y no la firmará hasta que tenga esos fondos.
Quedan dos semanas para que los demócratas ocupen la mayoría en la Cámara de Representantes y Trump ya les ha echado un órdago: si no hay muro, no hay Gobierno. Los republicanos en el Capitolio maniobraron hasta última hora para buscar una alternativa, sin éxito. El principal problema para los conservadores es que la semana pasada, en un tenso encuentro en el Despacho Oval, Trump proclamó que si no tenía fondos para el muro esta semana, se haría responsable del cierre del Gobierno, una medida profundamente impopular.
Este es por tanto el cierre de Trump, quien además advirtió el viernes de que se prolongará hasta que los demócratas le den los 5.000 millones de dólares (4.400 millones de euros) del muro. Con su veto, paraliza además 8.000 millones de dólares que se deberían destinar a ayuda a los damnificados por desastres naturales como huracanes o incendios incontrolados. Ya han dejado de funcionar los parques nacionales, el departamento de seguridad interior, hacienda y los transportes públicos.
Las negociaciones han durado hasta entrada la madrugada del viernes. La Cámara de Representantes, que hasta el 3 de enero tiene mayoría republicana, aprobó una ley de presupuestos que incluía los fondos para el muro. El Senado, donde se necesitaban nueve votos demócratas, aplazó la votación, que podría producirse este sábado, aunque los líderes republicanos ya han avanzado que no cuentan con apoyos suficientes.
Momentos antes de que el cierre entrara en efecto, a las seis de la mañana en la España peninsular, Trump habló a la nación a través de un vídeo de Twitter, en el que dijo: «El Gobierno va a tener que cerrar. No hay nada que podamos hacer porque necesitamos los votos de los demócratas. Esperemos que no dure mucho».
Las contradicciones de Trump en todo este proceso han sembrado el pánico entre los republicanos, que temen que el presidente les hunda en el pulso lanzado al Capitolio para cumplir su principal promesa de campaña en 2016. Pero ni con la mayoría de su partido en ambas cámaras del Capitolio, ha conseguido Trump los fondos para el muro. Cuando los nuevos diputados tomen posesión de sus escaños el 3 de enero, tras los avances demócratas en las elecciones parciales del 6 de noviembre, esa promesa será todavía más difícil de cumplir.
El más desafiante ha sido el líder demócrata en el Senado, Charles Schummer, quien acusó el viernes a Trump de tomar a la nación como rehén por una «rabieta». «Presidente, no va a conseguir su muro, desengáñese. No tendrá muro hoy, la semana que viene o el 3 de enero cuando los demócratas seamos mayoría en la Cámara», dijo.
Este no es el primer cierre de Gobierno, algo semejante ya sucedió con Barack Obama como presidente. Pero entonces ambas partes tenían interés en solucionar rápidamente el problema. En esta ocasión, la situación puede demorarse todo lo que quiera Trump, un líder acostumbrado a Gobernar sobre el caos y la división.
En realidad, el cierre afecta a un 25% del Gobierno federal norteamericano. Dejan de funcionar nueve ministerios: agricultura, comercio, seguridad nacional, vivienda, interior, justicia, exteriores, transporte y hacienda. En total, 380.000 funcionarios han sido enviados a casa, de permiso sin sueldo, y 420.000 deben trabajar sin salario porque se considera que su puesto es vital para la nación.
El Capitolio, temeroso de los efectos de este cierre, ya aprobó hace semanas la financiación del resto del Gobierno hasta septiembre de 2019.